Los animales que no son humanos –ya para después el asunto filosófico- son seres realmente increíbles. Sólo matan cuando tienen hambre y cuando son amenazados de muerte.
En otras ocasiones, si se sienten bien con nosotros y tienen un poco de humor pueden divertirnos mucho con sus ocurrencias que en realidad son tan inocentes como las que hace un bebé.
Me he podido reir montones y me ha dado una ternura inmensa ver que con un poco de cosas que les enseñemos pueden ser lo mejor que nuestros ojos –que se han de tragar los gusanos si nos descuidamos- puedan ver jamás.
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